OVNIS, OPARS, ARQUEOLOGIA Y LEYENDAS URBANAS

martes, 22 de mayo de 2012

FRANCISCO GARCIA ESCALERO "EL MATAMENDIGOS"


Francisco García Escalero, nació en Madrid el 24 de mayo de 1954. De familia pobre, Escalero era el menor de 2 hermanos, su infancia fue muy dura, las palizas y el hambre fueron su pan de cada día. Vivía cerca del cementerio de la Almudena y gustaba de pasear entre sus tumbas, allí pasó su infancia, la muerte le atraía y llego a pensar hasta en el suicidio.
A los 16 años entra en el reformatorio por robo, pasados unos años sale y en compañía de unos amigos atracan a una pareja y violan todos a la chica delante del novio, fue detenido y condenado a doce años de prisión.
En la cárcel se mostró tranquilo pero era un solitario, no se relacionaba con nadie, su única compañía eran los animales muertos (pájaros y pequeños animales) que se encontraba en el patio y que él se llevaba a su celda.
Salio de la cárcel con treinta años, con una educación nula y ninguna experiencia laboral no le quedo otro camino que la mendicidad, vagabundeaba por la ciudad en busca de limosna.
En 1985 murió su padre y Escalero se hundió mas en la desesperación. Aunque es difícil poder reconstruir su trayectoria criminal, por las lagunas que tiene en su memoria debido a los muchos años de alcohol y drogas, se cree que su primera victima fue una prostituta drogadicta que fue encontrada decapitada y quemada en agosto de 1987, pero Escalero no fue imputado por este asesinato.
La primera victima segura fue un mendigo amigo suyo con el que solía ir a pedir limosna, a finales de agosto de 1987 después de un día bueno mendigando los dos se emborracharon y llegada la noche se echaron a dormir en un colchón abandonado.
Durante la noche Escalero despertó y viendo a su amigo al lado cogió una piedra y le golpeó la cabeza hasta matarlo, acto seguido lo apuñalo y después le prendió fuego.
En noviembre de 1987 Escalero estaba con una prostituta y después de cenar algo la llevo a una furgoneta abandonada que estaba en un descampado entre las calles Alcalá y Hermanos G. Noblejas. Escalero estaba borracho y había tomado unos fármacos, dentro de la furgoneta Escalero saco un cuchillo y asesto a la mujer tres puñaladas causándole la muerte, después le cortó la cabeza y prendió fuego a la furgoneta, se llevo la cabeza dentro de una bolsa y cuando se canso de llevarla la tiro en un pozo, nunca se encontró, la policía cuando descubrió el cuerpo de la mujer pensó que era un rito satánico.
En Marzo de 1988 Escalero iba en compañía de otro mendigo, se dirigieron a un descampado y se emborracharon, Escalero sintió un impulso irrefrenable, como él decía, unas voces interiores le decían que tenia que matar, cogió una piedra y empezó a golpear en la cabeza a su compañero, le aplastó la mandíbula arrancándole varios dientes y parte del cuero cabelludo, acto seguido saco un cuchillo y le asestó cerca de cincuenta puñaladas.
No sabemos nada de Escalero hasta marzo de 1989 cuando mata a otro mendigo golpeándole la cabeza con una piedra, después intentara cortarle la cabeza pero no pudo. Dos meses después atacó a otro mendigo, pero este intento defenderse aunque fue en vano, Escalero saco un cuchillo y le corto el cuello, pero aun estaba vivo cuando Escalero le bajo los pantalones y le corto los genitales y se los comió.
La policía no sospechaba que aquellos crímenes guardaran relación entre ellos, la clase social de las victimas tampoco ayudó demasiado.
Escalero también solía practicar la necrofilia, solía ir al cementerio de la Almudena
desenterraba algún cadáver y se masturbaba encima.
En Mayo de 1990 mató nuevamente a un mendigo golpeándole la cabeza y apuñalandole después, lo rajo para sacarles las vísceras y que así pesara menos para tirarlo a un pozo, cuando le saco el corazón le dio un bocado, “quería saber a que sabia” confeso años mas tarde. En Mayo y Septiembre de 1991, mató a dos mendigos usando el mismo sistema, les golpeaba y después los acuchillaba.
Tiempo después Escalero tuvo un cómplice, un mendigo al que apodaban “el rubio”, con él atacó a una vagabunda, la obligaron a hacer tocamientos, y el rubio la emprendió a golpes con la mujer y le hizo un corte en la cara con un cuchillo, Escalero la golpeo con una piedra en la cabeza y ella perdió el conocimiento, creyeron que estaba muerta y la dejaron. La mendiga fue llevada a un hospital y allí denuncio el caso.
En Julio de 1993 Escalero se emborracho y mató a su cómplice “el rubio”, le golpeo la cabeza con una piedra y después quemó el cadáver.
En Septiembre de 1993 Escalero ingresa voluntariamente en el psiquiátrico Alonso Vega de Madrid. Tres días después se fugo con otro interno, hombre amable y tranquilo, que no era un mendigo iban en pijama y se dirigieron al cementerio de la Almudena, allí Escalero golpeo a su compañero de fuga en la cabeza y lo mató. Escalero intento suicidarse lanzándose bajo un coche en la carretera de Colmenar Viejo, se fracturo una pierna y fue llevado al hospital Ramón y Cajal allí confirmaron que era uno de los fugados del psiquiátrico. Durante la confesión a la policía Escalero confeso 14 muertes, y el placer que le daba mantener relaciones sexuales con cadáveres. Escalero fue bautizado en la prensa como el “ matamendigos “ . Escalero no sentía el menor remordimiento, y ningún sentimiento de culpa. En el hospital psiquiátrico Escalero confeso sus crímenes varias veces pero nadie le hacia caso, ahora se sentía el centro de atención. 
En febrero de 1995 acudió a la Audiencia provincial de Madrid para el juicio pero la defensa de Escalero apenas presentaba dificultad, los especialistas ya habían señalado que Escalero no era responsable de sus actos. Para el tribunal no cabía ninguna duda de que se trataba de un verdadero peligro para la sociedad. Fue condenado a 30 años de reclusión en un centro psiquiátrico penitenciario. Los psiquiatras saben que las posibilidades de reinserción de Escalero son remotas, por no decir nulas.
Los mendigos de Madrid aún sienten miedo al oír su nombre; el problema es cuantos abran sueltos por ahí como él, viviendo al margen de un sistema que han decidido ignoralo.


 
FUENTE:
Siete crímenes casi perfectos”, de Rafael Reig, David Torres, Ángel García Collantes y Beatriz de Vicente, por Noemí Pastor



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